viernes, 28 de diciembre de 2007

Arrepentida?


He pensado mucho en lo que hicimos; en lo que no hice, en las cosas que me hubiese gustado hacer y decir.

Quisiera llegar a tu cama resuelta, convencida. No tener que arrepentirme de las cosas que siento cuando estoy contigo. La sangre que corre más rápido por mis venas cuando veo mis manos acariciando tu pelo; me veo buscando tus besos y deseo que me tomes de los brazos y tires de mi ropa porque molesta tanto entre nuestros cuerpos.

Es el momento que sometes mi cuerpo a tu peso, rodeada en tus brazos y comienzas a besarme, callas mis palabras tontas con tus labios y tu lengua resbala en mi cuello. En ese sublime momento de herejía donde mis sentidos se nublan y doblegas mi ser hacia tu voluntad. Me alteras, me calmas, me proyectas, me haces sentir viva, contagiada de tu erotismo, de tus ganas de poseerme.

Quisiera no sentir lo que siento; pero que más da. No existe arrepentimiento cuando algo te gusta. Como tú que me gustas tanto.